a_san_jose__por_las_almas_del_purgatorio_lee_testimonios_del_purgatorio.pdf |
"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte.
Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación... Cuando recen la coronilla los pecadores empedernidos, colmaré sus almas de paz y la hora de su muerte será feliz... Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. "
"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador
...Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia.."
"Habla a las almas de esta gran misericordia Mía, porque está cercano el día terrible, el día de Mi justicia." (Diario 965)
Antes del Día de la justicia envío el día de la misericordia". (es hoy mientras vivimos)(Diario 1588)
"Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia". (Diario 1146)
Recemos e invitemos a rezar la coronilla a la divina misericordia.
Antes del Día de la justicia envío el día de la misericordia". (es hoy mientras vivimos)(Diario 1588)
"Quien no quiera pasar por la puerta de Mi misericordia, tiene que pasar por la puerta de Mi justicia". (Diario 1146)
Recemos e invitemos a rezar la coronilla a la divina misericordia.
En los Evangelios el Señor nos muestra como su primera venida fue en humildad, como un Servidor, para liberar al mundo del pecado. Sin embargo, Él promete regresar en gloria a juzgar al mundo, leer los capítulos 13 y 25 de Mateo. el periodo que esta antes de su segunda venida es un tiempo de misericordia busquemos su misericordia e invitemos a las almas a confiar en la misericordia divina Dice Jesus *A las almas que propagan la devoción a Mi misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso* (Diario 1075).